Turno para el traje. Y no uno cualquiera. Esta semana hablaremos sobre de la versión más formal: el traje cruzado o de doble botonadura. Como bien sabéis la forma de abotonar la chaqueta es la que nos ayuda a nombrar los dos tipos de traje (simple o cruzado). En esta ocasión me gustaría enfatizar en la importancia de contar en el armario con un traje cruzado en uno de los colores básicos.
Este tipo de traje nos ayuda a lucir bien en distintos eventos formales. En ocasiones la situación requiere subir el nivel de formalidad y para ello, el traje simple de dos piezas puede estar bien, pero el cruzado será la elección correcta para conseguir el efecto forma.
Su forma de abrochar resalta la figura y es idóneo para personas de estatura media o alta. Su solapa en punta de lanza afianza la personalidad de una prenda con carácter y denota gusto por la estética dandy. Quien lleva un buen traje cruzado sabe lo que hace, es propio de alguien que sabe perfectamente lo que quiere.
¿Gris o azul marino?
Difícil decisión. Podríamos decir que el gris gana en formalidad al azul. Por muy poco, pero le gana. Si aceptáis un consejo el traje de doble botonadura gris es una excelente opción para elaborar un look de invitado a boda de día en la que no se requiera el uso de chaqué. El azul marino es una opción mucho más versátil y admite muchas combinaciones. Formal, pero menos.
En mi opinión, este tipo de trajes funcionan muy bien con corbatas discretas. Estampados sencillos de micropuntos o pequeños topos, regimentales o lisas. No quiere decir que no me gusten con algunas corbatas geométricas o amebas pero suelo decantarme por un total look formal cuando uso traje cruzado.
Toca decidir. Lo que no admite duda es de que esta temporada, en vuestro armario debe haber un traje cruzado. Será un buen arma para todas esas bodas, eventos y celebraciones que vienen por delante. Ya me iréis contando qué tal. A por ello.
Gracias por leerme una semana más.
